¿Alguna vez has imaginado descansar en una nube de puré de patatas o enviar a los bomberos para enfriar cuatro alitas búfalo? Te invitamos a visitar el “mundo comestible” del fotógrafo Matthew Carden. Sus paisajes comestibles, habitados por gente diminuta, cambian la forma en que pensamos sobre la comida, desde las opciones saludables al tamaño de las porciones y el consumo.
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Estas series de "pequeños mundos" examinan de cerca los alimentos que componen nuestras comidas con los ojos de un insecto. Una suave curva de unas tiernas habichuelas, el florecimiento de una corona de brócoli o la densa masa de un trozo de queso se transforman en paisajes suntuosos. Cada escena está poblada y animada por modelos de gente pequeña, que sube hasta los acantilados de queso, reflexiona a través de bosques de hongos y viaja por el terreno accidentado de un molde para asar nueces. A través de estas fotografías de pequeños dioramas, somos capaces de ver y apreciar los hermosos detalles de las plantas que consumimos. Las fotografías de Carden atraen a adultos y niños por igual, mostrando los alimentos en una perspectiva lúdica que motive a los niños a querer aprender sobre una alimentación saludable.
Cada día, muchas de nosotras comemos nuestras comidas ciegamente, mientras trabajamos, mirando la pantalla del ordenador o en la calle. La devoramos distraídamente, dando poca o ninguna importancia a lo que estamos comiendo, y mucho menos de dónde viene. Ya sea directamente de la granja o preparada por otra persona, es fácil dar por sentado lo que comemos, tanto la abundancia como la variedad que están disponibles para nosotros. Las fotografías de Matthew Carden nos dan ese empujón extra para poder ver la belleza de nuestra comida y tomarnos un momento para agradecerla.
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